lunes, 25 de junio de 2018

Nozick, la justicia y el “Plan ubica tu casa”




La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo segundo establece: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia…”  Ahora bien ¿de qué hablamos cuando hablamos de justicia? La pregunta no tiene una  repuesta fácil, porque la palabra “justicia” se ha usado en muchas oportunidades para justificar todo tipo de intereses. Y esto tiene su explicación, por la insuficiencia de la fórmula tradicional que dice “justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo”, dejando en el aire  qué debe entenderse  por “lo suyo”, porque para la mayoría  “lo suyo” se entiende como “lo mío”. 

Decía Alf Ross: “Invocar la justicia  es como dar un golpe sobre la mesa; una expresión emocional que hace de la propia exigencia un postulado absoluto… Es imposible tener una discusión racional con quien apela a la “justicia”, porque nada dice que pueda se argüido en pro o en contra. Sus palabras constituyen persuasión no argumento”. En conclusión, para este ilustre jurista, perteneciente a la moderna escuela de derecho escandinava de Upsala,  el tema de la justicia no es más que una expresión emocional.

Otro filosofo del derecho que incursiona en estas aguas es  Chaim Perelman,  que destaca las diferentes fórmulas de justicia que han surgido históricamente,  expresando  que la palabra  justicia se ha entendido como: “1) Dar a cada uno lo mismo; 2) Dar a cada uno según sus méritos; 3) Dar a cada uno según sus obras, 4) Dar a cada uno según sus necesidades; 5) Dar a cada uno según su rango y 6) Dar a cada uno lo que le atribuye la ley”. Como puede verse hay para escoger: un marxista se inclinará por la fórmula que toma en cuenta las necesidades y un liberal por el mérito o las obras.  Es difícil fijar posición porque  entran en juego las ideologías; lo indiscutible es que el tema de la justicia es polémico y contradictorio.

El problema es de tal magnitud que Tom Campbell le dedica todo un libro al debate contemporáneo sobre la justicia. Allí trata de dar respuesta a las preguntas ¿Qué es la justicia? ¿Qué significa ser justo? , Para eso,  cita  a ocho importantes pensadores  que desde diferentes posiciones abordan  el tema.  Estaba compartiendo estas divagaciones con los estudiantes de la materia Filosofía del Derecho, y me llamó la atención,  la  aceptación que tuvo entre los jóvenes la tesis del profesor de Harvard  Robert Nozick,   que considera que la justicia es “dar a cada uno su derecho, cuando esté está legitimado por un justo título”

Lo interesante de Nozick, es que su pensamiento se desplazó desde el socialismo  al liberalismo: considera que una sociedad justa debe garantizar a sus ciudadanos tres derechos que son inalienables: la vida, la libertad y la propiedad. Sobre  el derecho de propiedad, sostiene que este solo puede existir cuando su título de adjudicación es justo.  Y destaca tres maneras de adquirirlo: por creación o construcción de una cosa que no existe, por adquisición en la naturaleza de lo que no pertenece a nadie,  o,  la trasferencia de algo que perteneciendo a otro,  se le entrega a su antiguo dueño  una justa compensación, por lo que  recibe el nuevo propietario.

Su teoría suena escandalosa para muchos, porque considera que lo importante no es la igualdad entre los miembros de la sociedad, sino la “justa obtención” de la propiedad. No importa si unos tienen más y otros menos, lo importante es la forma como se adquieren las cosas.  En consecuencia, una sociedad es injusta cuando los bienes están en manos de quienes no los adquirieron justamente, de acuerdo a lo anteriormente explicado. 

Como decía, comentaba las ideas de Nozick  en las cases de filosofía del derecho,  cuando me llegaron  los rumores sobre la existencia del “Plan ubica tu casa”.  No sé en qué medida esto es verdad o  mentira: se dice que, si una casa no está ocupada por su propietario, una “autoridad” comunal o vecinal puede hacer que se la adjudiquen a otra persona.

Lo anterior  –de ser cierto-  es absolutamente ilegal e inconstitucional;  el ordenamiento jurídico no lo permite y tiene procedimientos para evitar que eso ocurra. Además,  los jueces deben honrar el juramento de hacer cumplir la Constitución y las leyes. Pero si a la  filosofía del derecho vamos, e imaginariamente le preguntáramos a Nozick si eso es  justo,  diría que solo puede considerarse como propietario de algo, a aquel que cuando recibe lo que no le pertenece, le  paga al dueño lo que vale la cosa, produciéndose así una justa adjudicación.

En fin, difícil tema el de la justicia, donde abundan las opiniones y posiciones encontradas. En mi sentir,  si queremos  cumplir con lo que dice la Constitución,  y convertir a Venezuela en un verdadero Estado de Derecho y de Justicia (con mayúscula) hay que comenzar  por lo más sencillo e importante,  respetar la ley.  Porque más  allá de todos los “ismos”  (socialismo, liberalismo, anarquismo…)  la historia ha enseñado que, con sus virtudes y defectos,  el camino más seguro para llegar a la justicia es el que indica la ley. -  (twitter @zaqueoo)








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